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martes, 11 de junio de 2024

LAS NOTAS DEL VIEJO POETA ENAMORADO

Capítulo 2: Ecos del Pasado

Capítulo 2

Capítulo 2: Ecos del Pasado

Las semanas pasaron y la amistad entre Tony y Luisana se fortaleció. San Bernardo, con sus calles tranquilas y su gente amable, se convirtió en el escenario perfecto para sus encuentros cotidianos. Cada día, Tony encontraba una nueva razón para escribir, inspirado por la presencia de Luisana. Sin embargo, había algo en su mirada que Luisana aún no conocía: los ecos de su pasado.

Una tarde de domingo, mientras el sol se ocultaba detrás de las colinas, Tony y Luisana se reunieron en el parque como de costumbre. Esta vez, Luisana llevaba consigo una pequeña botella de vino y dos copas.

—Pensé que podríamos disfrutar de un vino mientras charlamos, ¿te parece? —dijo ella, con una sonrisa.

—Claro, suena perfecto. —respondió Tony, sorprendido y complacido por el gesto.

Se sentaron en un banco bajo un viejo roble, y Luisana sirvió el vino. Tony tomó un sorbo y miró el horizonte, sumido en sus pensamientos.

—Tony, ¿alguna vez has estado enamorado? —preguntó Luisana, rompiendo el silencio.

La pregunta tomó a Tony por sorpresa. Bajó la mirada y jugueteó con el borde de su copa antes de responder.

—Sí, hace mucho tiempo. Su nombre era Clara. —dijo con voz queda.

Luisana se acercó un poco más, interesada en la historia que Tony estaba a punto de compartir.

—Cuéntame sobre ella, si no te molesta. —pidió suavemente.

Tony suspiró y comenzó a hablar, como si cada palabra lo transportara a otro tiempo y lugar.

—Clara y yo nos conocimos en la universidad. Ella era la persona más brillante y vivaz que jamás había conocido. Nos enamoramos rápidamente y pasamos años maravillosos juntos. Nos casamos y pensábamos que teníamos toda una vida por delante. Pero la vida tiene una manera extraña de cambiar los planes. —Tony hizo una pausa, mirando al suelo—. Clara enfermó y falleció hace diez años. Desde entonces, he llevado una vida tranquila aquí, en San Bernardo. Escribo para mantener vivo su recuerdo y para encontrar consuelo en mis palabras.

Luisana tomó la mano de Tony, brindándole apoyo.

—Lo siento mucho, Tony. Debió ser muy difícil para ti. —dijo con empatía.

—Sí, lo fue. Pero escribir me ha ayudado a sobrellevarlo. Y ahora, con tu amistad, siento que algo nuevo está floreciendo en mi vida. —respondió Tony, mirándola a los ojos.

Luisana sonrió y apretó suavemente su mano. Había una conexión profunda entre ellos, una mezcla de respeto y comprensión mutua.

—¿Y tú, Luisana? ¿Qué te trajo a San Bernardo? —preguntó Tony, deseando saber más sobre la joven que había llegado a su vida.

Luisana suspiró y se acomodó en el banco antes de hablar.

—Necesitaba un cambio. La vida en la ciudad se volvió abrumadora. Mi trabajo, mis relaciones, todo se sentía vacío. Decidí venir aquí para encontrarme a mí misma, para descubrir qué es lo que realmente quiero en la vida. Y, honestamente, no esperaba encontrar a alguien como tú, Tony. —dijo ella, con una mirada sincera.

—La vida está llena de sorpresas. —dijo Tony, sonriendo—. A veces, los cambios más pequeños pueden llevarnos a lugares que nunca imaginamos.

El tiempo pasó rápidamente mientras Tony y Luisana continuaban conversando, compartiendo historias y risas. El vino les ayudó a abrir sus corazones, y esa noche ambos sintieron que una nueva etapa comenzaba en sus vidas.

Al despedirse, Luisana le dio un abrazo a Tony, un gesto que ambos sintieron como una promesa silenciosa de muchas más conversaciones y momentos compartidos por venir.

Tony regresó a su casa con el corazón liviano y una nueva inspiración para sus escritos. Esa noche, se sentó en su escritorio y comenzó a escribir en su cuaderno:

"A veces, los ecos del pasado nos llevan a los encuentros más inesperados del presente. Hoy, he encontrado una nueva musa, una amiga que ilumina mis días con su presencia y sus palabras. Luisana, con su espíritu libre y su corazón sincero, ha llegado para darme una nueva razón para escribir, para vivir."

Cerró el cuaderno con una sonrisa, sabiendo que su vida había tomado un giro inesperado y maravilloso. Con Luisana a su lado, el viejo poeta se sentía joven otra vez, listo para enfrentar el futuro con esperanza y emoción.

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